Documento
de la paraestatal detalla el carpetazo final al PEMEX-Gate
En
2002 Fox regaló impunidad
A
Carlos Romero Deschamps
Por GUSTAVO CORTÉS CAMPA
En septiembre de 2002, el líder del sindicato
petrolero, Carlos Romero Deschamps, aceptó un arreglo con el gobierno foxista
en condiciones ventajosas, al reconocer un adeudo
indebido y la promesa de la
restitución de la gruesa suma desviada a la campaña electoral de Francisco
Labastida. En contrapartida, el líder logró condonación
de intereses y mantener su poder sindical intocado.
La dirección
general de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en el gobierno de Vicente Fox, elaboró
una propuesta para finiquitar el Pemex-Gate
con el perdón para el líder sindical Carlos Romero Deschamps, condicionado a “obtener
la reparación del daño patrimonial”; proporcionar “fianza accesible para Carlos
Romero Deschamps y Ricardo Aldana, si fuera necesario”, pero recomienda en
contrapartida “no debilitar los procesos contra Rogelio Montemayor Seguy (ex
director de PEMEX) y otros indiciados”.
Según
el memorándum interno de PEMEX, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana
(STPRM), aceptó firmar una declaración “con las modificaciones necesarias”, en
los términos planteados por la empresa, con fecha 29 de septiembre de 2002, “con
reconocimiento de adeudo por pago de lo indebido (sic) que hace el STPRM a
favor de PEMEX y el pago del mismo”.
Se
trata de un memorándum con el logotipo oficial de la paraestatal y en la
carátula, en la parte superior izquierda, dice: “De: Lic. Moisés Orozco García.
Asesor Ejecutivo. Torre Ejecutiva, piso 44” . Y en la parte inferior derecha se lee: “Para:
Dr. Juan José Suárez Coppel. Director Ejecutivo de Finanzas. Torre Ejecutiva,
piso 38.”
El
documento interno señala en forma sintética los pasos que se siguieron para el “arreglo
bajo cuerda”, que libró a Romero Deschamps y otros miembros de la dirigencia
sindical, de ir a parar a la cárcel por el desvío de poco más de dos mil
millones de pesos a la fallida campaña del candidato presidencial del PRI,
Francisco Labastida, en el año 2000.
CÓMO SE COCINÓ LA IMPUNIDAD DE ROMERO
DESCHAMPS.-En el documento “secreto”, hay una parte titulada Mecanismo
para la reparación del daño, donde
dice:
“El monto total del daño sería pagado por el STPRM mediante la
retención de cuotas sindicales y la eventual entrega de la cantidad
depositada en Nueva York cuando sea posible”. (Alude a 43 millones de dólares
en un banco de NY y de los que R. Deschamps se negaba a dar cuentas).
Enseguida se
establece lo siguiente: “Se requiere condonar los intereses porque, de otro
modo, el plazo de pago se vuelve mayor a 30 años”.
Continúa
el texto en el siguiente tenor:
“Una
vez suscrita la declaración se deberá obtener:
“- La
autorización del Consejo de Administración de PEMEX al director general para la
condonación de los intereses, la recepción del pago y la aceptación de la
reparación del daño.
“- La
recepción del pago y la comunicación de la aceptación de la reparación del daño
por el Director General.
“- La
comunicación de todo lo anterior a la autoridad competente (un juez o la PGR ) para que surta los
efectos legales correspondientes.”
EL ENJUAGUE SE
CONSUMA.-En la parte titulada Fases del
esquema, se detalla como el enjuague extralegal se lleva a la consumación.
La secuencia se detalla así:
“-
Conformidad escrita de las secretarías de la Función Pública y
de Hacienda y Crédito Público respecto a la condonación de intereses.
“-
Anuencia de la
Procuraduría General de la República respecto al
contenido de la declaración del STPRM y del esquema integral.
“-
Opinión escrita, favorable, del Comisario Público del Consejo de Administración
de PEMEX para la recepción del pago por el monto exacto contenido en la
declaración y la aceptación de la
reparación del daño.
“-
Acuerdo del Consejo de Administración de PEMEX para autorizar al Director
General en los términos planteados.
“-
Ejecución del acuerdo correspondiente”.
AHORROS Y
MODERNIZACIÓN, OTRO PAGO.- Sin embargo, no todo
son ventajas para Romero Deschamps. A cambio del
enorme favor de perdonarle la prisión, el dirigente sindical se vio forzado a
aceptar un plan que se presentó como “propuesta de modernización y generación
de ahorros en PEMEX” y que consta de tres partes.
La
primera corresponde a “cambios estructurales en el pasivo laboral” y alude “una
negociación que puede realizarse con extrema rapidez y que se traduce en
ahorros muy significativos”.
La
segunda se trata de “eficientización (sic) del recurso laboral, que se refiere
al recorte del personal actualmente sin materia de trabajo en PEMEX-
Petroquímica y PEMEX-Refinación” lo que
podría hacerse en 12 meses.
La
tercera parte “se refiere a proyectos cuyos beneficios podrán observarse
durante el resto de la administración”.
Una
última línea es sugestiva: “Quedaría por definir el mecanismo para distribuir
los beneficios entre PEMEX y el STPRM”. He aquí un “pacto de caballeros”… o
algo así.
LAS MANDARINAS TRÁGICAS LAS HIZO ROMERO
DESCHAMPS.-Don Raúl
Romero Maldonado, con 17 años de jubilado en PEMEX, encabeza la ONG denominada Frente Nacionalista
Petróleo, Energía y Agua, desde donde hace años lucha contra la corrupción
sindical en la empresa estatal.
A
propósito de las tronantes declaraciones del ex cacique sindical La Quina Hernández
Galicia hechas a cierta revista señala lo siguiente:
Fue con
Joaquín Hernández Galicia La
Quina , cuando comenzó la nefasta práctica de los
contratos ruinosos para PEMEX, con la cláusula establecida en el contrato
colectivo, para que el sindicato participe en forma forzada en obras de la
paraestatal, con la perversa coartada de destinar los fondos esquilmados para “obras
sociales”.
Se
trata de contratos sin licitación, a precios inflados, para obras nunca concluidas
o pésimamente ejecutados y que regularmente los trabajadores sindicalizados son
enviados a terminar.
En el
contrato colectivo se obliga a PEMEX destinar 40 por ciento del presupuesto
para trabajos de mantenimiento a empresas que “propone” el sindicato.
Actualmente, el dirigente nacional, Carlos Romero Deschamps, maneja
aproximadamente 200 empresas de carácter privado en su constitución legal, pero
en los hechos todas son propiedad del líder. Echan mano de trabajadores que no
tienen seguro social, ni siquiera las mínimas prestaciones que establece la Ley Federal del Trabajo.
En otras palabras, el sindicato petrolero es el peor patrón en todo el país,
porque ninguna autoridad, ni laboral, ni hacendaria ni de ninguna clase osa
llamarlo a cuentas. Romero Maldonado
señala como ejemplo de incuria con graves consecuencias, el caso de los
trabajadores que intentaron salvarse de los embates de un huracán el verano
pasado y que muchos murieron porque las mandarinas (especie de balsas
semiesféricas del color del cítrico) fueron fabricadas precisamente por una de
las empresas controladas por Carlos Romero Deschamps, detalle que escapó al
escrutinio de todos los medios que reportaron ese desastre.
Las
famosas mandarinas deben estar fabricadas en una aleación de aluminio y
acero y disponer de su propia generación de oxígeno y el material de
revestimiento debe ser de un polímero irrompible. Así las cosas, la pregunta
que al parecer nunca se hizo en el peritaje oficial es: ¿Por qué en el primer
giro que hicieron las mandarinas se rompieron? La
respuesta es obvia para cualquier trabajador petrolero: porque no cumplían las
especificaciones técnicas de fabricación. Esas mandarinas se adquirieron
en el tiempo de Luis Ramírez Corzo, como director general de PEMEX, pero
obligado por los términos contractuales con el sindicato, de asignar obras de
mantenimiento y contratos de proveeduría, en donde no pueden hacerse
inspecciones sobre la calidad de obras o productos, porque Romero Deschamps se
ofende por la duda implícita y de inmediato amenaza con paros de protesta, como
lo hizo en tiempos de Adrián Lajous.
TÉCNICA PARA EXPRIMIR A PEMEX.-
Hay todo un procedimiento perverso
mediante el cual las empresas de Romero Deschamps esquilman a la paraestatal
inclusive con el concurso de instituciones oficiales como la Comisión Nacional
de Competencia (Cofeco).
Originalmente,
se firma un contrato de seis meses para la ejecución de una obra determinada,
sin pasar por la licitación, obvio. Como se verifica que a los seis meses
cumplidos el contratista tiene un atraso de cinco meses, el contrato se amplía
a un año. Obviamente, no cumple y entonces PEMEX procede a la retención de los pagos.
CÓMO SE
LEGALIZA UN FRAUDE.- En ese momento, la
empresa del cacique sindical acude a la Cofeco a reclamar “incumplimiento de pago” de
parte del contratante, con toda la cara dura que le caracteriza.
Enseguida
sucede algo aberrante: el contrato se cancela, pero se obliga a PEMEX a cubrir
el monto total contratado. Según parece evidente, la paraestatal no lleva el
litigio a ninguna otra instancia judicial y procede a pagar una cantidad que
desde su origen estaba inflada, por trabajos que nunca se ejecutaron. Se
consuma una especie de “fraude legalizado” con grave perjuicio económico para
una empresa que, dice la demagogia en boga, “es de todos los mexicanos”.
Aquí
surgen las preguntas que plantean los dirigentes de la FNPEA :
a) ¿Cuántas
compañías contratistas han demandado a PEMEX por incumplimiento de pago?
b) ¿Por
qué PEMEX sigue asignando contratos sin licitación de por medio a esas mismas
empresas, las que a su vez de nueva cuenta vuelven a demandar incumplimiento de
pago?
c) ¿Cuántas
de las empresas contratistas han sido evidentemente reiterativas en sus
demandas de pago, por lo menos desde 1992, cuando Romero Deschamps fue
entronizado como líder nacional del sindicato?
PROCEDIMIENTO
PARA LA VENTA DE
PLAZAS.-Desde hace muchos años es de sobra conocida la práctica
del sindicato petrolero –como muchos otros sindicatos de paraestatales y
dependencias gubernamentales- de poner a la venta las plazas laborales.
Así,
es muy conocido que en PEMEX, los puestos de trabajo se compran, se alquilan y
se heredan.
Lo
que no se conoce fuera de la paraestatal, es que hay procedimientos
específicos, de cómo se realiza el contubernio entre funcionarios de la empresa
y dirigentes seccionales del sindicato, bajo la férula de Romero Deschamps.
Primero,
el aspirante debe comprar “la ficha”, que es el número de registro que confiere
la paraestatal para “reconocerlo” como trabajador transitorio. Esa “ficha”
llega a costar regularmente 30 mil pesos.
Ya con el número
de registro en su poder, el aspirante solicita al sindicato que lo proponga
para un contrato de trabajo transitorio. La propuesta puede ser para un empleo
de 28 a
90 días, o bien por un año completo. Por ejemplo, para el puesto de perforador
en plataforma marina —un trabajo de alta especialización y sumamente peligroso—
hay un tabulador de 40 mil pesos mensuales, más los viáticos. El sindicato, en
promedio, exige poco más de 60 mil pesos en efectivo por tramitar el empleo.
Eso
es en lo que se refiere a la venta de un puesto de trabajo temporal.
La
venta de una plaza ya es otra cosa. Tener trabajo “de planta”, con jubilación
asegurada, sin el peligro de evaluaciones periódicas en eficiencia, dedicación
y probidad; con privilegios sindicales como permisos con goce de sueldo,
derecho a “robo hormiga”, faltas sin sanción y al final, derecho contractual a
heredar la plaza a un pariente o a su vez, venderla a otro aspirante, tiene un
costo en efectivo.
Una
plaza de obrero general, sin ninguna calificación ni especialización, se cotiza
en 100 mil pesos. Ahí se encuentra la clave del por qué PEMEX se encuentra en
el sótano de las calificaciones mundiales en cuanto a productividad.
Peor
aún: hay trabajadores transitorios que tienen 20 años de antigüedad y sin
plaza, porque necesitarían pegarle a la lotería o al Pro-Gol para tener 200 mil
o 300 mil pesos para comprar un puesto especializado para el cual se han
entrenado por muchos años. En cambio, las pagan auténticos neófitos.
Y
esos transitorios, con 18 y 20 años de antigüedad son despedidos por PEMEX
argumentando que “ya están viejos”. Se trata de unos 30 mil trabajadores
altamente calificados, en todo el país, y Romero Deschamps se hace el
desentendido.
DESCHAMPS, CON 41 AÑOS
EN LA UBRE.- Romero Maldonado hace cuentas y señala que Carlos Romero
Deschamps comenzó en 1967 como empleado de bajo nivel, siempre al lado los
dirigentes. Fue adulador y rastrero con La Quina hasta que tuvo la oportunidad de colarse
hasta arriba con el apoyo del régimen salinista.
Se
mantiene por el terror en todo el sistema. Los dirigentes del FNPEA,
organización que agrupa a un número importante de trabajadores jubilados en 29
de las 36 secciones sindicales, en 2004 presentaron denuncia penal en la PGR contra Romero Deschamps
por delitos de administración fraudulenta, tráfico de influencias, abuso de
autoridad, usurpación de funciones y las
que resulten.
En
los cuatro años transcurridos, se ha escenificado “un juego de ping-pong entre la PGR y la PGJDF , que se lanzan la
pelota una a otra, pero lo bueno es que las denuncias están vivas”, dicen
Rodríguez y Romero Maldonado.
Y
añaden que “aquí se puede ver la hipocresía del PRD. Nuestras demandas podrían
servirle de bandera política, pero no las toman. El Peje Se maneja en la
simulación total”.
Camacho
Solís negoció y El Peje fue sólo palero
Con
200 millones se despejó el Zócalo
y fueron liquidados 10 mil despedidos
En el
lapso comprendido entre la noche del 14 y madrugada del 15 de septiembre de
1992, los diez mil trabajadores petroleros despedidos que ya cumplían 40 días
de plantón en el Zócalo de la capital del país, comenzaron a desalojar la
plaza.
En su mayoría
iban contentos. Recibieron en promedio 20 mil pesos en efectivo por cabeza,
aunque el documento que firmaron hacia constar que el pago había sido por 200
mil. No les importó. Después de 40 días de soportar aguaceros, comer tortas
desabridas, mendigar con el tradicional “boteo” y cuando esperaban resignados
un desalojo violento por medio de la fuerza pública, recibieron un dinero que
nunca pensaron obtener.
NEGOCIACIÓN EN EL EXITAM.- Ese desalojo fue producto de una negociación que tuvo
lugar en el edificio Exitam, en avenida Marina Nacional, sede de la Gerencia de Relaciones
Laborales de PEMEX.
Allí se
reunieron, “en lo oscurito”, el entonces jefe del Departamento del Distrito
Federal, Manuel Camacho Solís; Marcelo Ebrard Casaubón, presidente del PRI-DF;
el abogado Walter Ballinas (quien se ostentaba como apoderado legal de los “despedidos
y liquidados” de la Zona Sur ,
en Tabasco y Veracruz); Julio Pinter, Gerente General de Relaciones Laborales
de PEMEX; Ricardo Anzaldúa, cercano colaborador de Pinter y… ¡sorpresa! un
muchacho tabasqueño de 36 años, universalmente desconocido en todo el país,
llamado Andrés Manuel López Obrador, en la ambigua pero muy útil categoría de “luchador
social”. (Nota al calce: Pinter y Anzaldúa, diez años después, fueron dos de
los varios coludidos en el “PEMEX-Gate”, con la entrega de dos mil millones de
pesos del sindicato petrolero a la campaña del priísta Francisco Labastida
Ochoa)
Se
convino en un pago en efectivo a los despedidos y que llegaron de sus lugares
de origen para exigir una indemnización y/o su reinstalación en su empleo. Fueron alrededor de 60 mil los
despedidos de PEMEX en el gobierno de Carlos Salinas, pero de esos, 10 mil
llegaron al DF para el plantón en el Zócalo.
Para el
gobierno el problema había escalado a niveles de alarma: estaba de por medio,
primero, la ceremonia del “Grito”, la noche del 15 de septiembre y el 16, el
desfile militar tradicional.
De ese
edificio, en el número 65 de Marina Nacional, salieron camionetas de tres
toneladas, cargadas con maletas de efectivo. Un pequeño ejército de empleados
administrativos se encargó de hacer los pagos en pleno Zócalo.
Los
empleados inquirían a los despedidos acerca de cuántos años habían trabajado en
la paraestatal y a ojo de buen cubero entregaban un fajo de billetes. El
promedio fueron unos 20 mil pesos. Con un pequeñísimo detalle: el documento (“para
control administrativo”) que firmaron decía 200 mil. Cuando algunos
trabajadores hicieron notar esa irregularidad, muchos de los despedidos
replicaban: “¿Y eso qué importa? Hace mucho que sabemos que son unos rateros
descarados, de todo se aprovechan para saquear a PEMEX, A nosotros por lo menos
nos tocó algo”.
Y el
concepto del pago fue por demás curioso: “Por desgaste físico” en los 40 días
de plantón, de insolaciones y hambre.
En los
hechos, el carácter de “emergencia política de clase uno” que la presidencia de
la República
confirió al plantón y la orden tajante de lograr el desalojo por la vía
pacífica y costare lo que costare, terminó así: unos 200 millones repartidos
entre los 10 mil despedidos en plantón, pero otros dos mil millones cargados a
PEMEX para los involucrados en la negociación.
Fue uno
de los más grandes atracos contra las arcas de la paraestatal, todo cubierto
por orden presidencial expresa… y Andrés Manuel López Obrador le detuvo la pata
a la vaca (G. Cortés Campa).
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