Se esfuma la malhablada foxista
Como su hermana, Xóchitl también
debe rendir cuentas a la justicia
Durante su gestión en la Comisión para el
Desarrollo de los Pueblos Indígenas, no se
justificaron el uso de millonarios recursos
como quedó en evidencia al
comparecer
ante la Cámara de Diputados
Por Ignacio León Montesinos /Antonio Ortigoza Vázquez
Ya no fue la
Xóchitl bravucona y echadora de siempre la que apareció a los medios para
enfrentar la terrible realidad familiar. Atrás quedaron los improperios que
soltó en contra del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina cuando en plena
campaña electoral lo acusó de estar “apanicado” por el crimen organizado. “A
este señor le falta lo que a mí me sobra: ovarios”, dijo a todo pulmón, hace
apenas un mes, en Monterrey.
La pregunta que
ahora debe hacerse la ex comisionada para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas, durante el sexenio de Vicente Fox, y
ex candidata a la gubernatura hidalguense, es: ¿Usará esos ovarios para
pedir castigo a su hermana y sus cómplices, quienes en un acto de salvajismo y
crueldad mantenían enjauladas a sus víctimas?
La contundencia
de las pruebas terminó por enredar a la agobiada ex funcionaria y desbocada
aspirante panista, pues en un acto de desesperado amor filial, buscando
exonerar de lo imposible a su hermana se atrevió a externar de manera temeraria
que el secuestrador era la pareja sentimental de su hermana, más no su
consanguínea, con lo que ratificó aquel viejo adagio jurídico de que “a
confesión de parte…”.
Tal parece que
la panista sabe más de lo que dice conocer sobre su hermana Malinali, cuya
banda se caracterizó, según el procurador mexiquense Alfredo Castillo
Cervantes, por su crueldad de cuyos métodos no estaba exenta la cercenación de
sus víctimas. Así, con el agua hasta el cuello, Xóchitl Gálvez quiso esquivar
otro misil en contra de su parentela, cuando los reporteros le refirieron que
desde hace dos años, cuando contendió por la gubernatura de Hidalgo,
aparecieron en las redes sociales, denuncias en contra de su consanguínea.
En 2010, en un
blog de Terra, surgió un usuario de nombre
“Francisco Icasa”, quien denunció que la hermana de Xóchitl, en contubernio con
su novio, le habían cometido robo a su casa habitación. Escribió entonces:
“POR FAVOR
HIDALGUENSES PIENSEN BIEN LAS COSAS ANTES DE VOTAR POR XÓCHITL GALVEZ…SU
HERMANA MALINALI GALVEZ RUIZ ES COMPLICE DE SU “NOVIO”, ESTE TIPO SE DEDICA A
ROBO DE CASA HABITACION, DESTRUYO MI FAMILIA PUES MALI SE HIZO AMIGA DE MI
ESPOSA Y DESPUES SE CONVIRTIO EN MI AMANTE, CON ESE PRETEXTO ESTUDIO PASO A
PASO TODO EL MOVIMIENTO DE MI FAMILIA PARA DESPUES “PONERNOS” A DISPOSICION DEL
AMPON (SIC) CON EL QUE VIVE, DE ESTA MANERA LLEVARON A CABO EL ROBO DE MI CASA
LLEVANDOSE TODO LO QUE PUDIERON INCLUYENDO JOYAS Y RELOJES Y DOCUMENTOS MUY
IMPORTANTES. XOCHITL LE CONSECUENTA TODO ESTO (SIC)”.
La contundencia
de los hechos pasados dio al traste con la declaración de la ex foxista quien
dijo que tales señalamientos eran por motivos políticos. Lo que no pudo ni ha
podido explicar es cómo desde hace dos años víctimas de su hermana ya la
acusaban en las redes sociales, algo que como demostraron los hechos recientes,
era y es totalmente ajeno al ámbito de las aspiraciones políticas de la
ingeniera en “edificios inteligentes”.
Lo que tampoco
la dicharachera política ha podido explicar a bien es cómo sabía que el novio
de su hermana era el secuestrador. Envuelta en su propia telaraña de falsos
sofismas, Xóchitl Gálvez sabe que sus antes poderosos amigos panistas están con
un pie fuera del poder; con ellos llegó en el 2000, y ahora con ellos,
vislumbra el ocaso de su fugaz vida política en este 2012.
XÓCHITL A LA
BARANDILLA
Ya no habrá
quien cobije las tropelías a Malinali ni a su banda de los Tolmex, y ahora va siendo el momento de que quiénes arriben al
poder en diciembre próximo indaguen el verdadero proceder público de la
pendenciera Xóchitl, misma que en su momento y aún siendo titular de la
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), se dedicó
a injuriar y acusar de ladrones a políticos de la oposición, pero que en el
Congreso, en la ILX Legislatura, fue incapaz de explicar el destino de miles de
millones de pesos manejados por la institución a su cargo y donde abundaron no
sólo los subejercicios, sino el uso faccioso y político de los indígenas en
favor de Acción Nacional.
Al echar una
hojeada a la comparecencia que tuvo en julio de 2005 ante la Comisión de
Asuntos Indígenas de la ILX Legislatura, es fácil apreciar que la imagen de
eficiencia y honestidad que trató de vender
Gálvez Ruiz a la opinión pública, siempre fue falsa. Para legisladores
como Marbella Casanova y Sofia Castro
Ríos del PRD; José Rangel Espinoza, Bernardino Ramos Iturbide y Marcelo
Tecolapa Tixteco del PRI, no fue difícil echar abajo el castillo de naipes de
la entonces bullanguera y hablantina funcionaria.
Por ejemplo,
Marbella Casanova le señaló que mientras Vicente Fox y ella lanzaban a los
cuatro vientos que a cinco años de gobierno se habían mejorado las condiciones
de vida de los indígenas mexicanos, organismos como la ONU y la SEPAL,
equiparaban a municipios indígenas de la sierra de Guerrero como Metlatonoco, a
par en pobreza y marginación con los países africanos más atrasados.
Le hicieron ver
a la titular de la CDI que era absurdo decir que destinarían recursos del
entonces llamado programa Enciclomedia, que debía utilizar
computadoras para su funcionamiento, a zonas indígenas, cuando en las mismas ni
siquiera había luz. El monto de Enciclomedia que ascendía a 10 mil 744
millones, le señalaron sería mejor emplearlo en el combate a la pobreza y no en
tirarlo a la basura en planes absurdos
Xóchitl se
defendió con argumentos tan banales como el señalar que sí había avances en
zonas indígenas como la Selva Huichol o La Lacandona, las cuales, dijo oronda,
“ya se han electrificado en su totalidad”.
Y le echaba la
culpa de que los avances no fueran los adecuados en las diversas zonas
indígenas del país a los “alcaldes corruptos”, “también hay que pedirles
cuentas, meter al bote a los alcaldes corruptos”, pero no lograba explicar, por
ejemplo, cómo era posible habiéndose destinado un presupuesto histórico de 21
mil 488 millones de pesos en el 2005 al desarrollo de los pueblos indios, para
julio de ese año, apenas y se habían ejercido 12 mil 332 millones. La pregunta
que Xóchitl no pudo responderles a los legisladores eran dónde estaban los 10
mil millones restantes. Y si de meter al bote a los corruptos se hubiera
tratado, seguramente la funcionaria hubiera pasado una buena temporada en
Almoloya.
Como tampoco
pudo explicar a bien otro asunto que tenía enfrentadas a muchas comunidades en
el país en estados como Chiapas donde el desplazamiento de etnias, sobre todo
por motivos religiosos, era un auténtico problema social. El entonces diputado
Marcelo Tecolapa le cuestionó cómo se habían utilizado los 30,4 millones de
pesos destinados para el fondo de tierras de desplazados en Chiapas. Le criticó
también que siendo el 2005 la antesala del proceso electoral presidencial del
2006, la política asistencialista del gobierno se estaba centrando en atender
de manera prioritaria a 50 municipios marginados para utilizarlos en un claro
oportunismo político como supuesto ejemplo de eficiencia.
La titular de la
CDI se sacó de la manga que la dependencia a su cargo ya había entregado 30
millones de pesos al gobierno de Chiapas para la adquisición de tierras,
situación que hasta la fecha sigue en el aire pues en su momento Pablo Salazar,
hoy preso, nunca confirmó tal información, como tampoco su sucesor, Juan
Sabines.
Lo que si se
rumora en aquella entidad es que a la ex candidata al Senado se le atribuye la
adquisición de un rancho en las inmediaciones de San Cristóbal de las Casas,
que presuntamente compró a un ex comandante sandinista que hace años asesoró al
ex presidente Carlos Salinas. De hecho, algunos estudiosos del indigenismo se
atreven a comentar que si bien los recursos para los desplazados nunca llegaron
los mismos parece que fueron desviados a la adquisición de propiedades de ex
funcionarios foxistas que navegaron con la aparente bandera de la honestidad,
cubriendo su verdadera bandera pirata de la corrupción.
HACIENDOLE EL
FAVOR AL IFE… Y AL PAN
El priísta José
Rangel abrió otra de las puertas falsas y tramposas utilizadas por Xóchitl para
irle preparando el camino del triunfo electoral al PAN en el 2006: la
redistritación de los municipios indígenas. Dijo entonces el legislador:
“Me preocupa que
la institución que usted dirige haya influido para que en el IFE, en el Estado
de México se creará un distrito en la redistritación electoral federal para las
etnias, eso no es más que con fines electoreros, es el distrito con cabecera en
San Felipe del Progreso, que incluye los municipios, obviamente la sede de
Ixtlahuaca y de Temoaya, y en la argumentación está esa: que sea un distrito
para las etnias”.
Denunció
entonces el diputado federal que con su anuencia se hubiera montado un
escenario de falsos dirigentes indígenas en el municipio de San José del
Rincón, del Estado de México, uno de los de más alta marginación y cuya
población en un 80 por ciento, es mazahua.
Dijo entonces
Rangel Espinoza: “Me preocupó que en contubernio con el alcalde, distinguido
amigo de Fox y la Comisión que usted dirige, a cambio de unos apoyos en empleo
temporal hayan llevado a una líder de comerciantes al Centro Histórico, que
seguramente usa ropa Versage y creo
que habla francés también, la haya disfrazado y la hayan llevado el 2 de julio
a hacerla de oradora a nombre de los indígenas del país. Esta supuesta líder es
Marcelina Castillo y la llevaron a hablar al evento del Presidente”.
Xóchitl Gálvez
cambiaba de rostro, los videos de entonces la muestran demudada, molesta,
acorralada, nada que ver con su acostumbrada e irreverente pose de
perdonavidas. Tratando de salirse por la tangente quiso endosar el mañoso truco
electoral auspiciado por su dependencia bajo el argumento de que ella
únicamente había proporcionado al IFE la información que le había solicitado,
pero apenas iba en ascenso en su ruta de salida cuando la perredista Sofía
Castro le salió el pasó al señalarle:
“También usted
tampoco dijo, no obstante que el Presidente del Consejo General del IFE vino a
confesar ante la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, que la
fuente para redistritar los 300 distritos electorales federales del país,
obedeció a la fuente que usted le entregó, como si esa fuera la fuente que la
ley señala para acreditar dónde hay población y dónde no hay población
indígena”.
La entonces
titular de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas intentó
nuevamente defenderse, y expuso: “Sí hubo cambios en los distritos electorales,
efectivamente los hubo, los partidos me parece que tuvieron tiempo de
cuestionarlo y de revisarse porque de hecho nosotros recibimos varias preguntas
al respecto y las contestamos”.
Pero Sofía
Castro, volvió a bajarla de su nube y le subrayó: “El IFE señaló claramente que
la Comisión fue la fuente, pero la omisión consiste en que si a la Comisión,
por mandato de la Ley, le está encomendada la vigilancia y el cumplimiento de
las acciones a favor de los pueblos y comunidades indígenas, también por
omisión hay una responsabilidad, porque el Convenio 169, justamente, obliga a
que el Estado Mexicano consulte a los pueblos y a las comunidades indígenas”.
Y para situarla
en su lugar exacto de inexactitudes y mentiras, la perredista expuso de forma
lapidaria: “Y yo quiero decirle que a ningún indígena del país le consultaron
si estaba dispuesto o no a pertenecer a tal o cual distrito electoral federal,
y les dio lo mismo revolver a un pueblo originario con otro y , por el contrario, le causaron mucho más daño porque ahora no
van a poder votar porque la distancia de dónde votaba a donde vive y a donde ahora
va a votar es muy distante, está absolutamente disparada, es un asunto que se
hizo mecánicamente, como lo señaló el IFE, pero no hubo ninguna voz. Los
partidos políticos no son representantes de los pueblos y las comunidades
originarias de México, ésa es la primera cosa, como consecuencia hay una
omisión”.
Xóchitl Gálvez
salió en silencio de la reunión, no hubo aplausos, ni siquiera de parte de los
dos diputados panistas, Esteban Melchor y Humberto Aldaz, que asistieron al
encuentro. No había nada que agregar, Xóchitl, la entrona, no había respondido
ni aclarado nada, porque sencillamente, amén de soltar palabras altisonantes y
sarcasmos nada hizo, en realidad, por los indígenas del país. La pregunta que
aún flota en el aire enrarecido por la conducta delictiva de su hermana
Malinali, es: ¿Dónde quedaron los millonarios recursos que en su momento manejó
la ahora eclipsada Xóchitl?
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