La noche triste de AMLO
Por AOV
La noche del primero de julio, para Andrés Manuel López Obrador fue la más triste de su vida. No solo por los porcentajes que lo colocan en segundo lugar en la elección presidencial. No, no sólo fue ese gran detalle el causante de su rostro sin expresión, de su mirada perdida y de sus sonrisas fugaces. El otro detalle que vivió en ese momento fue la ausencia de los candidatos a diputados y senadores del Movimiento Progresista, que abandonaron el barco antes de que hiciera agua.
Así pues, al filo de las 19:00 horas en su casa de campaña de la colonia Roma, AMLO buscaba a aquellos personajes que le juraron lealtad y apoyo incondicional. No lo podía creer, ni si quiera Miguel Ángel Mancera se encontraba a su lado. El abandono de su corriente política, daba muestra de lo inevitable, de la derrota y de la agonía de un proyecto de más de 12 años de campaña ¿dónde quedaron esos millones de votos que le prometía “MORENA”? ¿Dónde había quedado la furilla amarilla? Seguramente se preguntaba en esos momentos López Obrador.
Dicen los más enterados, que ante la desbandada de su fieles seguidores, los candidatos del Movimiento Progresista, AMLO tomó la decisión de no dirigirse a la Plaza de la Constitución a dar su mensaje, a pesar de que había prometido que le favoreciese o no el resultado electoral estaría ahí entrada la noche. Sin embargo, nadie acudió a la cita prometida, sólo quedó un templete sin utilizarse y un Zócalo vacio.
Ayer, a las 18:00 horas fue otra historia.
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