Las desinformaciones de cada día
El Ferrari, los líderes y el periodismo
Sin
corroborar la fuente, diversos
medios
son afectos a publicar
Por
Fernando Hidalgo Vergara
Dos
hechos escandalosos ocuparon la agenda mediática de las semanas recientes en
nuestro país: el lujoso, groseramente lujoso Enzo Ferrari con que presuntamente
el líder petrolero Juan Carlos Romero Deschamps agasajó a su hijo y la detención
de la ex secretaria general del sindicato de maestros Elba Esther Gordillo
Morales.
De
reputación impresentable, ambos personajes fueron tratados de forma distinta
por los periodistas y medios de comunicación en el proceso y publicación de la
información generada en los dos casos, cuyo tiempo de “detonación” fue corto
entre cada uno de ellos.
En
el primer caso, cronológicamente hablando, el también Senador fue señalado en
los medios tradicionales y, desde luego antes, en las redes sociales de obsequiar,
sin precisar cómo, cuando, un vehículo a su hijo.
De
acuerdo con distintos medios, cuya
redacción de la información coincidió medularmente en el siguiente texto: “El
vehículo, de edición limitada, tiene un valor de aproximadamente dos millones
de dólares (unos 25 millones de pesos). La marca italiana sólo fabricó 399
unidades entre 2002 y 2004”, no se especificó quién indica tanto el valor como
el número de unidades, es decir, esa información la entendemos como un
conocimiento adquirido por el medio que publica.
Evidentemente
muchos medios, sobre todo los del interior del país, replicaron el servicio de
agencia informativa por el que pagan y con que nutren sus contenidos
informativos, sin embargo, la generalidad en este hecho es la nula mención de una
fuente confiable de la que se haya desprendido el hecho central del caso: que
el líder petrolero regaló un auto de 25 millones de pesos a su hijo.
No
se pone en duda que lo haya hecho, pero tampoco se precisó quién lo dijo, por
qué lo dijo y sobre todo, con base en qué lo informó.
El
quid del argumento no es ni defender
a los protagonistas ni dudar de la información, es simplemente registrar que “la
nota” carecía de los más fundamentales elementos con que el periodismo cuenta
para informar de manera precisa.
La
información se limitó en esencia a destacar que “El senador y líder del sindicato de trabajadores de Petróleos
Mexicanos (Pemex), Carlos Romero Deschamps, dio a su hijo José Carlos Romero
Durán un costoso automóvil que éste conduce en Miami: se trata nada menos que
de un Enzo Ferrari”.
Si, bien, pero, ¿eso quién lo dice? Luego de eso se reseñan los inalcanzables
requisitos para obtener un carromato como ése y los famosos personajes de la
farándula y deporte que cuentan con recursos para comprarse uno.
No
hubo fotos de ninguno de los dos a bordo o, siquiera, junto al deslumbrante
auto, no hubo una fuente formal que confirmara el “lead” (esencia del acontecimiento periodístico) con que se narra el evento que per se resultó grotesco y
escandaloso.
Caso contrario con la ex lideresa magisterial,
en cuyo tema, con una fuente de información concreta, formal, oficial, se
brindaron datos precisos de un acontecimiento histórico en el actual contexto
nacional: la detención de un personaje de carácter monstruoso (metafóricamente
hablando, desde luego) en la política mexicana.
@FHidalgo_V
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