el crimen y la inseguridad
Después de muchos años, la ciudadanía vuelve
a sentirse segura a través de mecanismos de
prevención como las alarmas vecinas que ya
protegen a cinco mil hogares.
Texto y fotos: Antonio Ortigoza Vázquez/enviado
TIZAYUCA, Hgo.-Mientras
en diversos municipios del país el problema de la inseguridad se acrecienta
convirtiéndose en una ecuación política y social imposible de resolver, en
Tizayuca, a través de un cambio de fondo
en la depuración de mandos, renovación
de equipos e implementación de nuevos
esquemas de atención y participación ciudadana,
de enero a la fecha los índices delictivos han sufrido una baja
sensible.
Rompiendo los
viciados paradigmas impuestos por los intereses creados y la
corrupción, el alcalde Juan Núñez Perea, le ha apostado a la
recuperación de la seguridad y la confianza de los ciudadanos como una de las
prioridades en su gestión, obteniendo logros que parecían inalcanzables. Uno de
ellos, dotar de 500 alarmas vecinales, protegiendo a un promedio de 5 mil hogares en el municipio.
Medida que
además de tener una clara aceptación de la sociedad ha contribuido a bajar de
manera sensible los robos a casa habitación, devolviendo además la tranquilidad
a muchas familias que antes de la puesta en marcha del proyecto temían incluso
que sus pequeños jugarán en calles de unidades habitacionales como La Hacienda
de Tizayuca, una de las zonas beneficiadas con este programa.
El caso Tizayuca
llamó poderosamente la atención de Expediente Ultra, pues a nuestras
manos llegó un estudio elaborado por la Secretaría de Seguridad Pública de ese
ayuntamiento donde se daba cuenta de notorios avance en tan sólo ocho meses de
gestión, algo sencillamente digno de análisis pero también de investigación
pues no son pocas las ocasiones en que algunas administraciones maquillan las
cifras para adjudicarse inmerecidos logros.
En el documento de evaluación y diagnóstico
elaborado por la nueva administración de
Tizayuca se estableció con claridad el deplorable estado en que se encontraban
las unidades de la Secretaría de Seguridad y de Bomberos, a su llegada en enero
pasado; de las 53 unidades recibidas en
el área de Seguridad, sólo funcionaban cuatro, y de las 15 del área de bomberos
se mantenían en pie sólo tres. Es decir, que con sólo siete unidades se debía
dar atención a los llamados de auxilio y emergencia de una población superior a
los 200 mil habitantes.
Lo anterior era
un claro reflejo del abandono en que se tuvo a la Seguridad Pública, quizá por
ello, entre sus primeras acciones realizadas por el Presidente Municipal, Núñez
Perea, decidió nombrar como su primer
nombramiento, el del comandante Floriberto Hernández Chávez, un experimentado
policía que hacía 18 años llegó a Tizayuca y quien ajeno a padrinazgos o
recomendaciones políticas lo avalaba su incuestionable trabajo y honestidad
profesionales.
PARTIENDO DE
CERO
Bajo la premisa
impuesta por el alcalde de “cero
corrupción”, Floriberto Hernández Chávez, muy pronto supo que enderezar el
barco de la seguridad en Tizayuca, tanto en su operatividad como en sus
recursos humanos no sería nada fácil. Sin equipo adecuado para trabajar y
rodeado de elementos que eran señalados con el dedo acusador de la sociedad
como proclives a la corrupción, el nuevo Secretario no se arredró a sabiendas
de que contaba con todo el apoyo del nuevo munícipe.
El nuevo
encargado de la seguridad tampoco le dio la vuelta al examen que le practicaron
las autoridades federales para comprobar si la persona nombrada como Secretario de Seguridad por el
alcalde Juan Núñez Perea era la correcta
para que el ayuntamiento se hiciera
merecedor a los diez millones de pesos de apoyo por parte SUBSEMUN (Subsidio
para la Seguridad Municipal). Las instancias federales corroboraron que la
elección del alcalde era la adecuada como también lo era su firme intención de mejorar en su conjunto a
los cuerpos de seguridad, cuya área de influencia abarca incluso el control y
manejo de la cárcel distrital, además de los Bomberos y Protección Civil.
Lo sucedido en
Tizayuca puede decirse que es una muestra inapelable de los resultados que
pueden obtenerse en el corto plazo cuando se emplean de manera adecuada y
transparente los recursos en materia de seguridad. Veamos por qué: a la fecha
fueron reparadas un total de 13 unidades en el área de Seguridad Pública, la
administración adquirió otras 34 y ocho más fueron compradas con recursos del
SUBSEMUN hasta sumar un total de 55 unidades que vigilan día y noche las
avenidas, colonias y comunidades del municipio. Las unidades funcionando en el
área de bomberos ahora son ocho, todas en perfecto estado listas para atender
cualquier contingencia.
Pero es obvio
que no basta con tener unidades nuevas y bien equipadas para bajar los índices
de criminalidad, hay que operar cambios y algunos de ellos se han dado gracias
también a la certificación que las autoridades federales otorgaron a Floriberto Hernández a quien otorgaron al cargo
de “Comisario”; mismo que ostenta a la par del de Secretario de Seguridad
Pública. Fue así que en esta dinámica de operar cambios de fondo con el apoyo
del alcalde, se cambió la antigüa estructura de los mandos policiacos donde
antes existía un Secretario; cinco Directores; 15 comandantes y 79 operativos
(tropa).
Ahora, el organigrama es distinto y consiste en la
designación de un Comisario; un Policía Tercero Jefe de Unidad de Análisis; un
Policía Tercero Jefe de Unidad de Reacción; un Suboficial; tres Policías
Primeros, cuatro Policías de la Unidad de Análisis; nueve Policías de la Unidad
de Reacción; diez Policías Segundo; 28 Policías Tercero y 78 policías (tropa).
Un total de 36 elementos más en la corporación. Cabe señalar que muchos de los
anteriores miembros dejaron de
pertenecer a la misma por propia decisión o fueron dados de baja al comprobárseles
su proclividad a las viejas prácticas de
corrupción como el “entre”, la “mordida”
o la “extorsión”, que ya no iban a tener cabida. Un total de 54 de ellos son
ahora ex policías. Parte de la nada fácil depuración aplicada por la nueva
administración municipal.
Una vez iniciada
la transformación, y como indica en charla con este medio el Comisario
Floriberto Hernández, hubo que darse a la tarea de hacer la estrategia para, a
la vez de combatir a la delincuencia, ganar la confianza de la ciudadanía, para
cual dice, se basó en un proyecto que
tuviera premisas tales como Cero Tolerancia aderezada de una mística de
servicio y ayuda a la gente. “Esas metas
las convertimos en gráficas y documentos”, por lo que contando con la
radiografía de los problemas y retos que enfrentaba el municipio se dieron a la
tarea de ponerse a trabajar, dividiendo, por ejemplo, para una mayor atención
de respuesta rápida, en cinco sectores al municipio.
Claro que acepta
que la nueva dinámica y mística de trabajo no ha sido del todo grata para
algunos elementos que incluso se han ido
a quejar con los regidores y
hasta el alcalde de ser “sobreexplotados” por el recio e inquebrantable jefe
policiaco que acepta, no puede darse ni un minuto de tregua al día a los
delincuentes que luego de varios meses de intensos operativos han empezado a
caer en manos de las autoridades.
Y las cifras no
mienten como tampoco el mayor número de ingresos a la cárcel distrital de
Tizayuca que de enero a la fecha, en palabras de su Director, Hugo Susano
García, ha visto crecer su población de
cien a 172 internos; de hecho, también el manejo y vigilancia del penal de la localidad recae en el área de Seguridad Pública
Municipal. Y no es para menos el
incremento de los reos pues a diferencia del 2011 en que durante todo el año
apenas y fueron aseguradas 673 personas por incurrir en algún delito, en los
primeros ocho meses del 2012 el número asciende a mil 493 remisiones.
Infractores que lo mismo han sido presentados al Ministerio Público Federal, al Ministerio Público del Fuero Común que al
ámbito del Conciliador Municipal.
Cuando se
analizan algunas de las acciones y estrategias emprendidas por el alcalde Juan Núñez Perea se entiende el por qué el
incremento de las detenciones y la disminución de los delitos, incluso vale la
pena analizar algunas de las acciones preventivas como la instalación de
alarmas vecinales que han dado tan buenos resultados.
Sobre éstas
últimas y en un recorrido hecho por Expediente Ultra por colonias y
unidades habitacionales del municipio, se pudo constatar su funcionamiento y eficacia. Pero, ¿en qué
consisten? Las alarmas con instaladas en los habituales postes de la energía
eléctrica y de ahí son conectadas por técnicos de la propia Secretaría de
Seguridad Pública a los hogares de los vecinos para que sean accionadas con
sólo apretar un botón. El sonido que
emiten es de tal sonoridad que es casi imposible no ser escuchadas a varias
cuadras a la redonda. El costo a los habitantes es muy bajo, apenas deben
comprar un poco de cable y el timbre. A cada alarma se conectan un promedio de
diez casas.
“NOS DEVOLVIERON
LA TRANQUILIDAD”
Jazmín Ordoñez
Martínez tenía seis años viviendo en la Privada Pirineos del fraccionamiento
Haciendas de Tizayuca y con el alma vuelta al cuerpo dice
al enviado que luego de la instalación de las alarmas hay más confianza y
seguridad para los vecinos. ¿Han servido
y funcionado las alarmas? Sin dudarlo responde que sí pues ya han sido tres las
ocasiones, dice, en que han visto gente desconocida o autos que no son los de
los vecinos, rondando la calle y al
accionarse la alarma, han salido los vecinos el tropel a preguntar a los
intrusos qué desean o a quién buscan. Al verse sorprendidos han optado por huir
pues saben que una llamada a los cuerpos de seguridad traería a la policía en unos cuantos minutos.
Opinión que
también comparten Hilda Reyes y Ofelia Pérez Martínez de la Privada Hacienda
Metepec que no dudan en afirmar. “Gracias a Dios nos volvió la tranquilidad
desde que pusieron las alarmas”. Y es que el sistema tiene sus ventajas pues
aún los niños estando solos en sus hogares, pueden accionar el botón para alertar si corren peligro, sabiendo que de inmediato los
vecinos acudirán en su auxilio y reportarán cualquier anomalía a la policía.
Ahora es común verlos jugar en las
calles del citado fraccionamiento, y
despreocupados dejar sus bicicletas
tiradas en sus jardines sin temor a que se las roben.
Quizá una de las
mayores virtudes de la nueva estrategia del Presidente Municipal y el Comisario
es el que se ha invitado a participar a
la sociedad; hay otras colonias donde se han integrado brigadas vecinales que
mantienen permanente y estrecha comunicación con la policía. Tales son los
casos de El Mio Cid con 21 brigadas; Olmos, 48; Cuxtitla, 26 y Rojo Gómez, 45.
OPERATIVOS EN
MARCHA
Pero no es sólo
con las alarmas vecinales la forma en que las autoridades municipales de
Tizayuca han decido apretar al crimen organizado y a la delincuencia; la labor
de prevención y educación está jugando un papel muy importante: no sólo en las
escuelas sino en el auditorio municipal, los fines de semanas, se imparten
cursos a niños y adolescentes para
orientarlos acerca de problemas como el bullying, educándolos además para que a
su vez transmitan a sus padres consejos para evitar problemas como el
alcoholismo y la violencia intrafamiliar, incluso para evitar que sus
progenitores se pasen un alto, lo que
les representará el pago de una multa.
Estas pláticas y
talleres instrumentados en las escuelas han orientado hasta el presente mes a un total de 6 mil 701
alumnos y 848 padres de familia, mediante 159 pláticas y talleres en 25
planteles educativos. También en las escuelas se realiza de manera permanente el
operativo mochila, que ha permitido revisar a nueve mil 557 alumnos, evitando
de esta forma la introducción a los planteles de armas de fuego, punzocortantes
o cualquier tipo de sustancia tóxica.
Los talleres
incluyen valiosa información a los ciudadanos al abordar no sólo temas como la
educación vial, la prevención en materia de alcoholismo y la seguridad vecinal, sino además otros
rubros como la seguridad en centros comerciales, en cajeros automáticos, en
lugares públicos, en carreteras y otras zonas de riesgo.
Otro de los
sectores sobre los que se mantiene una constante revisión es el del
autotransporte, tanto de pasajeros como privado. En lo que va de la presente
administración las cifras son dignas de tomarse en cuenta y hablan del por qué
han disminuido drásticamente los delitos en ésta área. Las revisiones
practicadas a vehículos particulares suman un total de 910 unidades con la
consecuentes revisión a 2 mil 730 personas; en taxis las unidades checadas son
del orden de las 12 mil 558 unidades con un total de 42 mil 588 usuarios y
choferes revisados; y en el área de los autobuses la cifra de unidades
revisadas llegada nada menos que 2 mil 538 unidades haciendo un total de
17 mil 691 pasajeros revisados, en líneas tales como ADO,
ODT, ODZ, Tizayuca y Valle del Mezquital.
LOS RETOS A
ENFRENTAR
La inédita y
expedita acción contra la delincuencia en Tizayuca sin duda implicará retos al
corto plazo. El Comisario Floriberto Hernández, incluso está consciente de los
riesgos que representa el haber cerrado ya 28 narcotienditas que hasta antes de
la llegada de la presente administración operaban con toda impunidad en el
municipio. “Soy un hombre que se crió con firmes valores, incluso no traigo
escolta ni chofer, tengo una carrera de 34 años que ha sido limpia y sé los
riesgos que corro, pero estamos aquí para servir a la sociedad. Aquí no se
puede inventar números ni resultados; ni modo que le diga al señor presidente:
Todo está bien. Y me va a decir: ¿Cómo que todo está bien? Si tenemos quejas de
la ciudadanía. Por eso pueden ver a cuántos hemos puestos a disposición de los
distintos fueros o del conciliador. Sé también que muchos elementos quisieran
verme fuera, pero sé también que estamos luchando por recobrar la confianza de
la ciudadanía que es a la que nos debemos y que estamos seguros nos va a dar su
voto de confianza para que el señor alcalde, Juan Núñez Perea siga otorgándonos
su confianza y apoyándonos”.
Otro de los retos
que sin duda deberá atenderse con el apoyo y consenso de las autoridades
estatales será la inaplazable creación un Cereso pues además de que la labor
del alcalde Núñez y del Comisario Hernández ya muestra resultados al haber más
presos en la cárcel distrital, incluso por delitos contra la salud, el viejo
inmueble ya se muestra insuficiente sobre todo porque como explica su director, Hugo Susano García,
por ser penal distrital, son enviados al mismo no sólo delincuentes apresados
en Tizayuca, sino de otros municipios como Acayuca, Zapotlán y Villa
Tezontepec.
Seguramente
también habrán de asignarse mayores
recursos para la instalación de más alarmas vecinales, mejor
equipamiento para enfrentar el crimen organizado y capacitación para una nueva generación de
policías que deberán sustituir a aquellos acostumbrados a creer que la labor policial era para su beneficio
propio y no de la sociedad. Pero resulta innegable que lo que está sucediendo en Tizayuca es digno de
tomarse en cuenta hasta como modelo de
anhelado “sí se puede”, en materia de seguridad pública en el país, cuando
trabajan de la mano, y en mutua
confianza, autoridades honestas y la sociedad.
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