Jaques
Derrida y su teoría de la Deconstrucción
arma del chantaje político
Por Fernando Hidalgo
Obrador sigue manipulando a
la gente pobre y a los medios
Este
supuesto comenzó a circular desde aquél año en una de las más importantes
revistas del país, basada su nota en lo
que algunos llamaron infundios y otros información indudable proveniente de
fuentes que prefirieron guardar el anonimato por temor, por supuesto, a graves
represalias.
Resultan
infundados, de acuerdo con la resolución los argumentos a través de los cuales se aduce
una aportación parcial de información por parte de Televisa, respecto de los contratos anuales
con empresas publicitarias, esto porque tales argumentos se basan en contratos
que, por una parte, ya fueron materia de pronunciamiento del Tribunal en el recurso de apelación 24 de 2011
y; por otra, sólo acreditan que el gobierno del Estado de México realizó
contrataciones de promocionales vinculadas al informe de gobierno de Enrique
Peña Nieto.
De
cualquier manera, la estrategia comunicativa de AMLO y su equipo es, por decir
lo menos, genial, aun cuando en el ámbito jurídico no ha dado pie con bola, la
opinión pública generada a partir de los supuestos que construye mediáticamente
para después, y solo después, atacar en el terreno legal, le han redituado en el estatus de moralmente
imbatible, irreprochable.
Y
cómo no, si ha utilizado técnicas de persuasión, semiótica y de mercadotécnia
sofisticadas, como la que de acuerdo con el filósofo
francés Jacques Derrida y su teoría de la “Deconstrucción”, publicada en su
texto: De la grammatologie, consiste en mostrar cómo se ha construido un
concepto cualquiera a partir de procesos históricos, todo hecho real resulta
relativo y sometido a las paradojas de las figuras retóricas de la metáfora y
la metonimia.
Según
Derrida, “Deconstrucción” no era una palabra a la que se le atribuya una gran
importancia: no era sino una palabra más dentro de toda una cadena de muchas
otras palabras, una susceptible de sustituir y de ser sustituida y determinada
por otras tantas palabras o conceptos en un trabajo o hecho.
En
su texto, el pensador francés explica que no resulta extraño que a menudo, se
recurra a operaciones como la resedimentación, el desmontaje o la
desestructuración (de conceptos como el de la pobreza y la indignidad) para
explicar y/o entender cómo incurre la “Deconstrucción” en las disposiciones del
discurso tradicional de occidente, “en los entramados conceptuales de todo gran
constructo (conjunto de los procesos cerebrales) de pensamiento”.
Nada
novedoso resulta, pues, la construcción del mensaje de Andrés Manuel López
Obrador al presentar como “pruebas” del fraude que, alega, se cometió en las
elecciones presidenciales, a gallinas, pollos, chivos y otros animalitos de
granja en su “Expo Fraude” y en conferencias de prensa posteriores.
El
constructo (proceso que pretende "construir" en el ánimo popular) de
pensamiento es “animalito de granja, animalito de gente pobre”. Construye así
la metáfora del pollito al persuadir en el pensamiento popular la construcción
mental de que la gente más pobre fue la más “comprada”, y, además de eso,
comprada de manera miserablemente pírrica: animalitos, en el más bajo de los
desprecios hacia la condición de pobreza de la gente que, como prueba de su
ignorancia, acepta pollos, chivos, gallos y gallinas a cambio de su voto.
Lo
que sea de cada quién, es un genio de la comunicación.
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