miércoles, 5 de septiembre de 2012

La comunicación como poderosa


 

Jaques Derrida y su teoría de la Deconstrucción

La comunicación como poderosa

arma del  chantaje político

 

 

 
Por Fernando Hidalgo
 
 
Obrador sigue manipulando a
la gente pobre y a los medios

 
Como ya se esperaba, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó la decisión del Instituto Federal Electoral (IFE) al declarar infundado un procedimiento especial sancionador en contra del PRI, su candidato presidencial,  Enrique Peña Nieto, Televisa, Radioformula y otras empresas, por la supuesta adquisición encubierta de tiempo en radio, televisión y revistas desde el año 2005.

Este supuesto comenzó a circular desde aquél año en una de las más importantes revistas del país, basada su nota  en lo que algunos llamaron infundios y otros información indudable proveniente de fuentes que prefirieron guardar el anonimato por temor, por supuesto, a graves represalias.

Resultan infundados, de acuerdo con la resolución  los argumentos a través de los cuales se aduce una aportación parcial de información por parte de  Televisa, respecto de los contratos anuales con empresas publicitarias, esto porque tales argumentos se basan en contratos que, por una parte, ya fueron materia de pronunciamiento del  Tribunal en el recurso de apelación 24 de 2011 y; por otra, sólo acreditan que el gobierno del Estado de México realizó contrataciones de promocionales vinculadas al informe de gobierno de Enrique Peña Nieto.

De cualquier manera, la estrategia comunicativa de AMLO y su equipo es, por decir lo menos, genial, aun cuando en el ámbito jurídico no ha dado pie con bola, la opinión pública generada a partir de los supuestos que construye mediáticamente para después, y solo después, atacar en el terreno legal,  le han redituado en el estatus de moralmente imbatible, irreprochable.

Y cómo no, si ha utilizado técnicas de persuasión, semiótica y de mercadotécnia sofisticadas, como la que de acuerdo con el filósofo francés Jacques Derrida y su teoría de la “Deconstrucción”, publicada en su texto: De la grammatologie, consiste en mostrar cómo se ha construido un concepto cualquiera a partir de procesos históricos, todo hecho real resulta relativo y sometido a las paradojas de las figuras retóricas de la metáfora y la metonimia.

Según Derrida, “Deconstrucción” no era una palabra a la que se le atribuya una gran importancia: no era sino una palabra más dentro de toda una cadena de muchas otras palabras, una susceptible de sustituir y de ser sustituida y determinada por otras tantas palabras o conceptos en un trabajo o hecho.

En su texto, el pensador francés explica que no resulta extraño que a menudo, se recurra a operaciones como la resedimentación, el desmontaje o la desestructuración (de conceptos como el de la pobreza y la indignidad) para explicar y/o entender cómo incurre la “Deconstrucción” en las disposiciones del discurso tradicional de occidente, “en los entramados conceptuales de todo gran constructo (conjunto de los procesos cerebrales) de pensamiento”.

Nada novedoso resulta, pues, la construcción del mensaje de Andrés Manuel López Obrador al presentar como “pruebas” del fraude que, alega, se cometió en las elecciones presidenciales, a gallinas, pollos, chivos y otros animalitos de granja en su “Expo Fraude” y en conferencias de prensa posteriores.

El constructo (proceso que pretende "construir" en el ánimo popular) de pensamiento es “animalito de granja, animalito de gente pobre”. Construye así la metáfora del pollito al persuadir en el pensamiento popular la construcción mental de que la gente más pobre fue la más “comprada”, y, además de eso, comprada de manera miserablemente pírrica: animalitos, en el más bajo de los desprecios hacia la condición de pobreza de la gente que, como prueba de su ignorancia, acepta pollos, chivos, gallos y gallinas a cambio de su voto.

Lo que sea de cada quién, es un genio de la comunicación.

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