LOS CHARREZ, CACIQUES EXPERTOS EN EL
CHANTAJE Y LA SIMULACION POLÍTICA
POR Antonio Ortigoza Vázquez
Sin más credo ni
ideología que el poder y el dinero, los hermanos Charrez Pedraza (Cipriano,
Pascual y Vicente), han terminado por
convertir al municipio de Ixmiquilpan y la región del Valle del Mezquital, en
terreno fértil para sus chantajes y extorsiones políticas. Y aunque sobre sus
cabezas rondan infinidad de averiguaciones previas, algunas incluso por
malversación de fondos públicos de origen federal, nada parece detener su
desmedida ambición por controlarlo todo.
Hábiles en el
trapecio partidista, y bajo el disfraz de defensores de indígenas y de las
comunidades municipales, no han dudado en brincar de unas siglas a otras con
tal de accesar al poder; el pasado año, Cipriano logró coronar su liderazgo al
frente del Movimiento Indígena Otomí (MIO), al ganar mediante una extraña
alianza entre el PRD y el PAN, la alcaldía pese a que su designación por parte
de Acción Nacional estuvo rodeada de cuestionamiento de los auténticas bases
panistas que no dudaron en llevar su inconformidad hasta el presidente nacional
de su partido, Gustavo Madero.
No obstante la abundancia de pruebas en su contra, y
gracias a sospechosos apoyos recibidos de personajes como la ex candidata al
gobierno del estado y hoy aspirante al Senado, Xóchitl Gálvez, los Charrez
se impusieron en Ixmiquilpan a
los panistas de cepa ; y más aún, consiguieron afianzar su triunfo colgándose
de los perredistas que tarde se dieron cuenta de que habían servido como tapete
para consolidar el cacicazgo del belicoso clan que desde hace más de una década
ha impuesto, mediante la violencia y el terror en las diversas comunidades, su
ley.
Ya con
antelación, en noviembre del 2008, Pascual Charrez quiso ser el primero de
dinastía en sentarse en la silla de la presidencia…municipal; sin embargo, el
juego sucio que aplicó a miembros de su propia planilla registrada bajos las
siglas del PAN, terminó por desfondar su
campaña. Todavía, por ejemplo, sigue vigente la demanda que por falsificación
de firma y documentos oficiales presentó ante diversas instancias quien era su entonces candidato a Primer
Regidor, Anastacio Marcelino Botho Gaspar. El hoy demandante fue “bajado” a la
sexta regiduría a través de una supuesta carta de renuncia que presentó al
entonces dirigente nacional de Acción Nacional, Germán Martínes Cáceres.
Los Charrez no
previeron que su maniobra en contra de quien siempre les fue un fiel colaborador tendría consecuencias no sólo
ante el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Hidalgo sino que
llegaría hasta la sala regional, con sede en Toluca, del Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación (TEPJF), misma que desechó la demanda no por
falta de fundamentos legales sino porque la misma fue presentada de manera
extemporánea. Caso similar ocurrió con la Fiscalía Especializada para la
Atención de Delitos Electorales (FEPADE), organismo que recomendó al quejoso
seguir querella ante las instancias locales.
En una lucha
legal que ha durado más de cuatro años, Botho Gaspar logró comprobar a través de peritos en grafoscopía, asignados en la indagatoria por la
Procuraduría del Estado, que el equipo no de colaboradores sino de
incondicionales del entonces candidato a la alcaldía por el PAN, Pascual Charrez,
ayudaron a la alteración de un documento que las autoridades electorales dieron
como válido pero que en los hechos nunca fue ni elaborado ni presentado por el candidato a regidor.
Como quedó
demostrado en los meses que llevó la integración del voluminoso expediente los
propios dirigentes estatales de Acción Nacional como el entonces Secretario
General, Raymundo Bautista Pichardo, negaron a Anastacio Botho copias de la
apócrifa carta de renuncia a su candidatura, bajo el argumento que el documento
sólo podría entregarse a “solicitud del candidato a Presidente (Municipal)”; o
sea, Pascual Charrez.
Cómplices del
delito de falsificación de firma y de documentos electorales fueron también
quiénes entonces se alternaban la coordinación de la campaña del PAN en
Ixmiquilpan, Vicente y Cipriano Charrez Pedraza, éste último hoy alcalde. Pero
también se prestaron a la sucia maniobra donde no sólo el denunciante sino un
buen número de auténticos panistas sufrieron el mismo fraude al no aparecer en
las listas modificadas que los Charrez presentaron al IEEH, el entonces
representante del PAN ante el Consejo
Municipal Electoral, Guillermo Cruz Ramos y la persona que servía de enlace del
candidato con el Comité Directivo Estatal panista, Judith Sonia
López Olguín. Todos ellos podrían enfrentar hasta la inhabilitación si
el demandante decide volver a aplicar presión al inconcluso juicio.
Cabe señalar que
Sonia López, no fue removida de su puesto como segunda regidora en el asunto de
la alteración de planillas, lo que le permitió ejercer el cargo, mismo que
ocupó durante el pasado trienio municipal y desde el cual sirvió de punta de
lanza a los Charrez; hoy en día en la administración de Cipriano ocupa el cargo
de delegada municipal de El Valante, además de ser la actual líder –aunque sólo
lo sea de manera virtual—del Movimiento Indígena Otomí (MIO). Apenas entró en
funciones, la rijosa protegida de los Charrez ya empezó a hacer de las suyas
despojando a todos aquellos que no son afines a su organización ni sumisos a
sus jefes. Por ejemplo, al ejidatario José Hernández Serrano, ya le invadió
tres hectáreas de cultivo bajo el argumento de que el campesino “no coopera con
la comunidad”. Así, sin estar dentro de sus facultades y menos ser funcionaria
de la Reforma Agraria o de algún tribunal en la materia, la líder ya empezó a
despojar lo que le viene en gana, por algo es la consentida del actual alcalde
y tiene luz verde para actuar con total impunidad.
Pero parece que
desde el pasado año en que Cipriano decidió no ceder su espacio a su hermano
Pascual para que tuviera una nueva oportunidad de contender, las cosas entre el
clan Charrez sufrieron una seria fractura que terminó en abierto rompimiento
luego de que el nuevo alcalde se negó a otorgar parcelas de poder a sus
hermanos. Pascual decidió optar por fortalecerá su propia organización la
llamada Sociedad Integral de Organización Nacional (SION), a la que sumó a
Vicente.
Este último
acusó el pasado año penalmente a Cipriano de haber acudido a su hogar a
agredirlo físicamente y causarle daños en su patrimonio, según quedó registrado
en la causa penal 7/II/352/2011. Quizá por ello, apenas había tenía un par de
semanas de haber tomado posesión, Cipriano Charrez, se tomó una sopa de su
propio chocolate cuando sus hermanos, bajo la excusa de solicitar audiencia en
nombre de su organización, la SION, armaron tremendo zafarrancho en las
oficinas de la presidencia municipal, dejando un saldo de varios heridos,
muchos de ellos de gravedad.
La unidad
familiar terminó colapsada luego de que durante el enfrentamiento, el antes
amoroso Vicente retó a su hermano Cipriano
a “demostrar la vocación de servicio que dice tener”, mientras que ante la petición de diálogo Pascual le respondía a su consanguíneo que no
olvidara los tiempos en que al frente de sus huestes del MIO, “tiraba las
puertas de la alcaldía a patadas”.
En lo político
Cipriano anunció la salida del SION de las filas de Acción Nacional por haberse
negado a considerarlo, el pasado año
nuevamente como candidato a alcalde, y en el presente como aspirante a
una diputación federal, por lo que decidió anunciar su salida del PAN y con él,
según aseguró, la de más de 15 mil simpatizantes, para unirse a las huestes de
Andrés Manuel López Obrador, tomando como punta de lanza al Partido del
Trabajo, en cuya coalición de las izquierdas ya aparece como candidato al II
Distrito.
Al romperse la
unidad, las complicidades y favores del pasado también se trocaron en fuego
cruzado como sucedió con la ex titular del Comisión Nacional de Pueblos Indígenas, Xóchitl Galvéz, quien en
el pasado mostró una abierta condescendencia con los Charrez, pero sobre todo
con Pascual. Ahora que los caminos se bifurcaron la candidata del PAN al Senado
no dudo en señalar públicamente que “la SION y Pascual quieren enturbiar el
ambiente político en el Valle del Mezquital”, peor aún, acusó a su ex compañero
de partido de “tener denuncias en la Procuraduría Estatal por desvío de
recursos; ha sido su estilo, bajar recursos y engañar a la gente , se le han
entregado más de 13 millones de Sedesol y no los ha comprobado”, acusó de
manera abierta la ex funcionaria en el sexenio de Vicente Fox, misma que
seguramente sabe perfectamente de qué habla porque por sus manos pasaron
recursos millonarios que, en efecto, como los de Sedesol, nunca se comprobaron.
Y cuando el río
suena en Ixmiquilpan es que no sólo agua lleva sino una larga cadena de
corrupciones, no por algo en la delegación de la PGR en el estado está radicada
la averiguación previa en trámite, AP/PGR/HGO/TUL-I/742/II, donde se ha pedido
mediante los oficios 5949/1 y 6370/1, el apoyo al Director de Seguridad Pública
Municipal de Ixmiquilpan para que se sirva notificar a Pascual Charrez del
requerimiento de la instancia federal para que declare con relación a hechos
“que se le imputan en su contra” en la Mesa Primera de la dependencia con sede en
Tula. Denuncia que se suma a las que también pendientes en la Procuraduría
Estatal bajo los folios 7/II/323/2009 y 12/JUBAE/R.A/085/2009, instauradas por
Anastacio Marcelino Botho Gazpar.
Queda claro que
si en México se aplicará puntualmente el Estado de Derecho, Cipriano Charrez no
hubiera llegado a ser alcalde como tampoco su hermano podría ser candidato a
diputado federal pues bastaría con que se diera curso legal a la larga lista de
denuncias y averiguaciones previas que pesan sobre ambos y varios de sus
cercanos colaboradores para que pararan con sus huesos en la cárcel. Lugar que,
como dicen muchos ciudadanos y organizaciones sociales como la Unión Nacional
de Trabajadores Agrícolas (UNTA), es el sitio que merecen los Charrez por las
mil y un fechorías que han cometido y los mil y un engaños de que han hecho
objeto a panistas como el ex dirigente Germán Martínez, al actual líder
nacional, Gustavo Madero, y ahora más reciente, al desubicado Andrés Manuel
López Obrador, quien posó y se tomó la
foto con Pascual, sin saber que, sonriente, le estaba alzando la mano a un
verdadero delincuente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario