viernes, 1 de marzo de 2013

El Ferrari, los líderes y el periodismo




Las desinformaciones de cada día




El  Ferrari, los líderes y el periodismo



 Sin corroborar la fuente, diversos
medios son afectos a publicar
versiones  carentes de validez




Por Fernando Hidalgo Vergara


Dos hechos escandalosos ocuparon la agenda mediática de las semanas recientes en nuestro país: el lujoso, groseramente lujoso Enzo Ferrari con que presuntamente el líder petrolero Juan Carlos Romero Deschamps agasajó a su hijo y la detención de la ex secretaria general del sindicato de maestros Elba Esther Gordillo Morales.


De reputación impresentable, ambos personajes fueron tratados de forma distinta por los periodistas y medios de comunicación en el proceso y publicación de la información generada en los dos casos, cuyo tiempo de “detonación” fue corto entre cada uno de ellos.

En el primer caso, cronológicamente hablando, el también Senador fue señalado en los medios tradicionales y, desde luego antes, en las redes sociales de obsequiar, sin precisar cómo, cuando, un vehículo a su hijo.

De acuerdo con distintos medios,  cuya redacción de la información coincidió medularmente en el siguiente texto: “El vehículo, de edición limitada, tiene un valor de aproximadamente dos millones de dólares (unos 25 millones de pesos). La marca italiana sólo fabricó 399 unidades entre 2002 y 2004”, no se especificó quién indica tanto el valor como el número de unidades, es decir, esa información la entendemos como un conocimiento adquirido por el medio que publica.

Evidentemente muchos medios, sobre todo los del interior del país, replicaron el servicio de agencia informativa por el que pagan y con que nutren sus contenidos informativos, sin embargo, la generalidad en este hecho es la nula mención de una fuente confiable de la que se haya desprendido el hecho central del caso: que el líder petrolero regaló un auto de 25 millones de pesos a su hijo.

No se pone en duda que lo haya hecho, pero tampoco se precisó quién lo dijo, por qué lo dijo y sobre todo, con base en qué lo informó.

El quid del argumento no es ni defender a los protagonistas ni dudar de la información, es simplemente registrar que “la nota” carecía de los más fundamentales elementos con que el periodismo cuenta para informar de manera precisa.

La información se limitó en esencia a destacar que “El senador y líder del sindicato de trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex), Carlos Romero Deschamps, dio a su hijo José Carlos Romero Durán un costoso automóvil que éste conduce en Miami: se trata nada menos que de un Enzo Ferrari”.

Si, bien, pero, ¿eso quién lo dice?  Luego de eso se reseñan los inalcanzables requisitos para obtener un carromato como ése y los famosos personajes de la farándula y deporte que cuentan con recursos para comprarse uno.

No hubo fotos de ninguno de los dos a bordo o, siquiera, junto al deslumbrante auto, no hubo una fuente formal que confirmara el “lead” (esencia del acontecimiento periodístico) con que se narra el evento que per se resultó grotesco y escandaloso.

Caso contrario con la ex lideresa magisterial, en cuyo tema, con una fuente de información concreta, formal, oficial, se brindaron datos precisos de un acontecimiento histórico en el actual contexto nacional: la detención de un personaje de carácter monstruoso (metafóricamente hablando, desde luego) en la política mexicana.

@FHidalgo_V

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